Psicomotricidad y Autismo

Rehabilitación psicomotora y Autismo o TEA

Te contamos cómo la psicomotricidad puede ayudar a niños con autismo o TEA y mejorar sus síntomas básicos. Explicamos también cómo formarse en esta disciplina en la EIPS.

Autismo, TEA o espectro autista

Las personas que presentan este tipo de necesidades se caracterizan por tener dificultades en comunicarse con los demás, por lo que precisan desarrollar las habilidades sociales. Tienen resistencia a los cambios, por lo que necesitan un ambiente organizado y estructurado.

El nivel de dificultad varía de una persona a otra, el espectro es muy amplio, aunque básicamente todos presentan este tipo de dificultades en una mayor o menor medida:

• Escasas habilidades de comunicación.
• Tensión e inquietud ante situaciones sociales en las que tengan que interaccionar con los demás.
• Inquietud motriz ante la presentación de estímulos no previstos.
• Dificultades para cambiar las rutinas diarias.
• Dificultad para ponerse en el lugar de los otros.

El diagnóstico se realiza gracias a diversas valoraciones médicas.

El autismo, TEA o espectro autista tiene diferentes repercusiones en el funcionamiento diario de la persona y su vida escolar. Afecta a cuatro aspectos:

• Cognitivo: ritmo lento para comprender el significado de lo que se le pide. dificultades para prestar atención y concentrarse.
• Emocional: precisan más tiempo para conocer a los demás y sus demandas.
• Social: les molestan los cambios y los estímulos invasivos
• Motor: su motricidad es impulsiva e irregular.

El psicomotricista

El psicomotricista especializado en TEA, es un profesional que interviene con estas personas para mejorar su funcionamiento diario.
Los psicomotricistas con su intervención psicomotriz permiten que la persona maneje mejor:

• Sus emociones.
• Sus relaciones con los demás.

El psicomotricista evalúa las capacidades sensoriomotoras y cognitivas de la persona y mide el impacto del espectro autista en su estilo de vida en relación con su entorno. Por ejemplo:

• En casa, ¿cómo sigue las rutinas de alimentación, vestido, aseo?
• En clase: ¿cómo se adapta el ritmo de clase y a sus potencialidades?

Con todos los datos recogidos, el psicomotricista inicia la intervención psicomotriz.

Lo trabajado en las sesiones será transferido al ámbito familiar, social y escolar, en el caso de los niños,  para conseguir una evolución real en el día a día.

La intervención psicomotriz

La psicomotricidad es muy beneficiosa para personas con este trastorno, gracias a la forma en que el psicomotricista se comunica con ellos. Se acerca a la persona a través de la vía corporal y no tanto por la comunicación oral, pero ¿cómo se trabaja?

Los objetivos de la intervención psicomotriz con personas TEA son entre otros:

• Construir una atmosfera cálida basada en el juego y en la interacción afectiva.
• Crear un ambiente estructurado y predecible para facilitar a la persona la anticipación de las conductas que van a tener lugar en la sala.
• Reconocer el cuerpo y sus partes en cada sesión.
• Incentivar el movimiento corporal abierto frente a los movimientos excesivamente repetidos.
• Incrementar las habilidades comunicativas y de relación a través de la interacción y del juego con el otro y con materiales.
• La interacción con la mirada.
• La utilización de la sonrisa.
• La aceptación de la cercanía corporal
• La capacidad expresiva de los estados de ánimo en el rostro y la postura. Por ejemplo, de agrado o desagrado, de alegría o tristeza, etc.
• Nivel de sensibilidad corporal adecuada, reaccionando ante los estímulos del medio (temperatura, sonidos, movimiento).
• Grado de imitación de los modelos que se le presentan.
• Empleo de “proto-declarativos” al señalar el objeto que desean, o “proto-imperativos” como llevar a alguien de la mano hacia el juguete que se quiere.
• Incrementar la comunicación mediante un lenguaje natural.