DISLEXIA Y PSICOMOTRICIDAD EN UNA SOLA DIRECCIÓN
El pasado viernes 19 de mayo tuvimos el placer de compartir una estupenda tarde con familias de la Asociación Madrid con la Dislexia.
Se llevaron a cabo dos talleres, uno para padres y madres y otro para niños y niñas de 7 a 10 años.
Nuestro principal objetivo en estos talleres fue presentar nuestra disciplina, bastante desconocida para muchos de los papás presentes, y cómo a través de ésta se puede abordar y facilitar el aprendizaje más allá de la enseñanza centrada en la mecanización de procedimientos, el estatismo y la despersonalización. Los profesionales que trabajamos con niños con necesidades específicas, sabemos y cada vez somos más conscientes de la existencia de diversas formas de aprender y es necesario poder acogerlas de manera respetuosa y personalizada… ¡¡El gran reto de la Educación!!
Una buena base psicomotriz de todo el cuerpo, no sólo a nivel grafomotriz, es imprescindible para el desarrollo de los aprendizajes. Desde que nacemos, conocemos y aprendemos a través de nuestras experiencias. Exploramos, conocemos y manipulamos para descubrir nuevas experiencias, que integramos e incorporamos para interiorizar la realidad, para poder tener una representación interna del mundo, en definitiva, para aprender. Este proceso de aprendizaje, que va del acto al pensamiento, es fácil de contemplar y valorar de forma positiva en las primeras etapas del desarrollo de una persona, pero… ¿qué ocurre cuando llegamos al colegio?, ¿sobre todo a primaria? Que se revierte esta forma natural de aprender, dejando el “acto” como algo secundario y, si se permite la expresión, “molesto”.
La psicomotricidad nos ofrece un lugar único y privilegiado de escucha, de percepción del propio cuerpo a través de la conciencia y dominio éste, conociendo sus límites y capacidades, lo que nos hace sentirnos más seguros a nivel emocional y afectivo-relacional, reafirmando nuestro autoconcepto y autoestima.
Nuestro trabajo parte de una metodología activa y participativa, siempre desde un clima afectivo seguro y de confianza, partiendo de la actuación lúdica, motivadora y creativa, propiciadora de espacios de actuación, representación y reflexión.
El taller que llevamos a cabo junto a los niños y niñas de la Asociación, estaba enfocado a vivenciar la Psicomotricidad y su carácter lúdico, fomentando el lenguaje corporal y dejando de lado el verbal, para así intentar tomar conciencia corporal frente a la mental. Así, llevamos a cabo varios juegos en los que la vivencia y exploración corporal eran el principal objetivo, estructurando la sesión en tres partes: ritual de entrada, centrado en la presentación del grupo de forma dinámica y a través del movimiento; sesión propiamente dicha, en la que se trabajaron propuestas lúdicas para abordar el trabajo del esquema corporal, a través de la danza, la emoción y la creatividad; la respiración, el sonido y la relajación, a través de juegos psicomotrices centrados en la contracción y distensión muscular y la exploración de las posibilidades de movimientos; y la representación a través del dibujo y la puesta en común a través de la palabra, de cómo nos habíamos sentido, qué nos había gustado más y menos,…
Fue una tarde muy enriquecedora, los chicos y chicas disfrutaron mucho descubriendo su cuerpo y generando un espacio, de forma muy espontánea, de escucha, respeto y cariño hacia el otro.
Leticia Sanz Sáez
Os invitamos a leer las reflexiones de nuestros compañeros María Eugenia Llanos y Emilio Morales sobre el trabajo llevado a cabo con las mamás y papás de la Asociación Madrid con La Dislexia.
“Hemos tenido la suerte de encontrarnos dos entidades que trabajan en una sola dirección: facilitar el aprendizaje de aquellos que padecen la situación de una enseñanza basada en la despersonalización y la mecanización de sus procedimientos.
Fue un encuentro vivencial, como debería de ser toda la educación, y en dos horas de reloj atravesamos un tiempo nuevo en el que teníamos como objetivo jugar a contactar conscientemente con nuestra identidad a través del cuerpo, así como dotar al movimiento, en el espacio de la sala y en el papel, de sentido. Cómo siempre que se toca el tiempo creador nos quedamos con ganas de continuar aprendiendo más y de seguir investigando.
La metodología se fundamentaba ante todo en salir de los procedimientos mecánicos, y puramente formales, en los que se trabaja con las letras como partes de un rompecabezas al sentido de la lectura y la escritura como un todo expresivo que tiene su fundamento en la globalidad psico-corporal, a través del esquema corporal, las posturas corporales, los gestos y la expresividad en general.
Así se fueron desgranando en la sala dinámicas de presentación a través del juego con pelotas, conciencia de las zonas de nuestro esquema corporal, sus funciones y áreas en las que las que acumulamos tensiones que impiden un aprendizaje distendido. Trabajamos con el movimiento corporal como fundamento de todo movimiento escrito y representado. Al final, se movieron junto al cuerpo las emociones, y con ellas la empatía hacia lo que viven en el día a día los alumnos y alumnas condenados a una enseñanza vacía de un significado auténtico y vivido”.
Emilio Ginés Morales Cañavate
“Quiero empezar dando las gracias a las personas que asistieron al taller de psicomotricidad, fue como dije un placer poder compartir ese espacio y tiempo con ellos, hasta se hizo corto, ya que cuando uno se adentra en la sesión se abre un mundo diferente donde el tiempo que conocemos y que nos marca nuestras vidas pasa a un segundo plano, a favor de un disfrute del tiempo presente, del aquí y el ahora.
Emilio nos trazó una sesión muy rica en matices, con diferentes situaciones que bien expresa en su descripción.
Solo aportar en el cierre, las frases de nuestras participantes en el taller, frases que hablan de la experiencia en primera persona de la psicomotricidad;
La figura plasmada del infinito donde se refleja la lucha intensa de la familia en pro de ayudar y los nudos que han tenido que superar.
Sensaciones de armonía en el movimiento y sentimiento de paz, frente a la exigencia del día a día, y los bloqueos mentales y corporales que padecemos.
Rigidez del inicio frente la flexibilidad de haber trabajo desde lo corporal, desde lo profundo, y desde el grupo que siempre está para acoger, no es importante lo que uno quiera sino escuchar al conjunto, y eso en realidad es lo que es necesario aprender para abordar los problemas de nuestros hijos, ¿que esperamos nosotros? o ¿que pueden darnos ellos?…
Ondas y corazones que simulan m, estrellas que simulan x, soles que no dejan de ser vocales básicas… el dibujo expresó y represento lo vivido, puso de forma espontánea palabras, o elementos gráficos que hablaban sobre las experiencias personales vividas, una escucha profunda de lo que podemos primero hacer y luego representar en un papel, algo que no sale de lo mecánico, automatizado o consignado, se trata de darle a ese grafismo percepciones y sensaciones para interiorizar su significado “ corazones blanditos”, ”ondas que fluyen”, soles que pueden caminar y elegir”…toda la imaginación y creatividad que el cuerpo nos devuelve a una mente que cuando se abre y se flexibiliza, comunica desde la libertad y la emoción más sincera.
Aprendemos a poder vivirnos desde otros planos, desde los apoyos de nuestros pies, desde nuestra respiración profunda, desde el ser tocados y tocar, desde mostrarnos y recibir la mirada del otro, pero en un entorno libre donde no hay competencia ni juicio de valor, donde cada uno tiene su propio tiempo y procesamiento, un tiempo para crear, donde el objetivo no es lo cuantitativo sino lo cualitativo, todo los matices que la persona puede dejar y enriquecerse a la vez, eso nos da identidad, nos hace tener una posición en el mundo y nos ayuda a poder entender nuestras emociones y tener recursos para abordar otros espacios a veces más hostiles del día a día.
La experiencia corporal nos hace ubicarnos en el espacio, trabajar intrínsecamente lateralidad, coordinación general y segmentada, disociación equilibrio, ritmo, tempo, tono y relación…
Digamos que tenemos que descomponer o más bien desaprender para volver aprender y componer, si tomamos de nuevo nuestros dibujos aparecen símbolos, signos grafías conocidas por todas y desde ahí podemos componer un sinfín de combinaciones , oraciones, frases, elementos y lenguaje matemático, que tendrán un sentido mayor que la simple lección aprendida.
Ayudamos abrir una puerta, donde la persona puede ser como es, sin necesidad de ser otra persona para poder tener un lugar”
Mª Eugenia Llanos Iglesias