Psicomotricidad y Música
Os invitamos a leer las reflexiones de una de nuestras Alumnas, que tras su estancia en España durante unos meses para seguir formándose en Psicomotricidad, nos ha regalado parte de su enriquecedora, profunda y preciosa experiencia con las personas que participan en el Proyecto Música para “Despertar“.
” EL USO DE LA MÚSICA COMO MEDIADOR EN LA INTERVENCIÓN PSICOMOTRIZ DIRIGIDA A ADULTOS MAYORES CON DEMENCIA”
La música… herramienta no farmacológica utilizada por muchos profesionales del ámbito de la salud. Una herramienta tan común, que pocas veces damos cuenta de los múltiples beneficios que ésta nos ofrece, y la ayuda que nos da a encauzar hacia nuestros objetivos terapéuticos…
A lo largo de la Licenciatura en Psicomotricidad, fue precisamente durante la práctica en el Hospital Maciel de Montevideo, Uruguay donde, interviniendo con un usuario con afasia mixta, vivencié por primera vez el poder de la música en éste ámbito.
Dicha práctica me lleva a descubrir el Proyecto Música para “Despertar”, llevado a cabo en Granada, España. El mismo se dirige a usuarios con demencia en estado moderado-avanzado, llegando a través de la música de sus vidas a resultados positivos en sus trastornos de comportamiento, mejorando su calidad de vida, su estado de ánimo, su estado físico, fisiológico y social; haciendo “despertar” a la persona momentáneamente, con emociones intensas y recuerdos de su vida.
Con mucha motivación y deseo me traslado hasta Granada con motivo de realizar la práctica para mi Memoria de Grado sobre “El uso de la música como mediador en la intervención psicomotriz dirigida a adultos mayores con demencia” (GDS 4-5), apoyándome en cursos de la Escuela Internacional de Psicomotricidad de Madrid “Intervención Psicomotriz en Demencias y Parkinson”, y Brain Dynamics “Neuropsicología de las demencias e intervención con el cuidador”.
A medida que pasan los talleres, puedo observar cada vez más la ayuda que recibo de la música, sintiéndolo como un co-coordinador.
Una de las primeras evidencias observadas, es que la música les da mayor seguridad. Es una herramienta muy conocida por ellos ya que se utiliza la música autobiográfica de cada usuario (la música de sus vidas).
La seguridad se relaciona directamente con un aumento de su autoestima, también por dar cuenta de cuánto recuerdan esa canción, al notar cuántas emociones y recuerdos les trae la misma, al sentir la alegría y compañía que se despierta en las personas que le rodean por verlo/a cantar, bailar, o simplemente por observar su mirada llena de emoción.
Todo ello contribuye a un clima y estado de mayor alegría, facilitando a mejorar su estado de ánimo, lo cual influye directamente en la disponibilidad que los usuarios tienen frente a las actividades que les propongo. Se encuentran más activos, motivados y por tanto, mejora el estado de apatía, lo que influye también directamente en mi seguridad como coordinadora. En otras palabras, siento que la música oficia de “animador”.
Noto mayor disfrute e implicación en las actividades. En consecuencia, logran mantener la atención durante mayor tiempo, aspecto muy importante no sólo para mejorar su capacidad atencional sino que también me es de gran ayuda, ya que colabora y oficia de “sostenedor” a lo largo de todo el taller.
Favorece a encauzar un mayor movimiento. Se los observa realizando movimientos más amplios y coordinados. Sus pies, sus manos, o su cabeza se mueven al ritmo de la música que suena. Movimiento que nace desde el deseo y el placer.
Durante la “vuelta a la calma”, donde se realizan actividades como la relajación, se observa claramente la gran implicación y relación música – ritmo respiratorio y cardíaco. Podemos decir entonces que la música oficia de regulador emocional.
Como sabemos, los recuerdos que más perduran en el tiempo son aquellos relacionados con las vivencias emocionales más intensas. La música es una de las herramientas que tiene más acceso a dichas emociones, y por consiguiente, a dichos recuerdos, más allá de cuán avanzada esté la enfermedad. Dicho recuerdo conlleva directamente a la socialización. Los recuerdos son compartidos y escuchados por los demás, dando lugar a más instancias de comunicación entre ellos y a sentirse importantes al comentar y ser escuchados. Asimismo, se dan instancias de cantar todos juntos. Ello no sólo favorece a una mayor sociabilización, sino a fortalecer los vínculos afectivos y la unión entre los usuarios y la psicomotricista. Cantando todos juntos, las miradas, las risas y el movimiento cobran mayor fuerza.
La música me ayuda a organizar y estructurar la sesión. Por ejemplo, al final de cada taller siempre cantamos el estribillo de “Piel Canela” de Los Panchos (me importas tú, y tú y solamente tú) ayudando a los participantes a anticipar que el mismo está finalizando.
Favorece la concentración, la atención, la memoria; pudiendo decir entonces que es una herramienta de estimulación cognitiva, colaborando en el mantenimiento de éstas capacidades en el enfermo.
Observo que la música los distrae, aumenta su tolerancia y capacidad de espera. Disminuye la ansiedad en esos momentos en los que manifiestan “me tengo que ir del taller, que me están esperando para irme a mi casa”.
A modo de ejemplo, durante los primeros talleres tuve el placer de contar con una usuaria con deambulación errática. Ello conllevaba a que participe en ninguna o muy pocas de las actividades ofrecidas por el Centro, siendo muy difícil que lograra quedarse sentada o atenta en las mismas. Sin embargo,A. participó en todos los talleres de Psicomotricidad, pudiendo permanecer durante las actividades sin problema alguno, hasta en aquellas en las cuales se permanecía la mayor parte del tiempo sentados, como las relajaciones o en el taller de grafomotricidad. Dicho logro lo evoco a la música. Se la veía a A. cantando durante las actividades, lo cual la ayudaba a mantener la atención y disfrutar más de las mismas. Se la escuchaba hablar únicamente cuando se le preguntaban cosas muy sencillas como por ejemplo su nombre. Pero la música nos regalaba su voz.
Así, entendiendo la Psicomotricidad como terapia que promueve la motivación y el deseo por el movimiento, el surgimiento de emociones y el conocimiento continuo de nuestro propio cuerpo hasta las últimas etapas del ciclo vital, la música es una herramienta fabulosa y digna de reconocer.
Eloísa Araújo
Montevideo, Uruguay. Noviembre, 2016.