Alumnos
Esta historia quiere demostrar cómo el trabajo a través del cuerpo es importante para todo el mundo, pero aun más si presentan alguna afectación a nivel neurológico.
Las personas que conviven, desde el nacimiento, con alguna patología tipo la parálisis cerebral infantil, están sujetas a múltiples terapias y ayudas técnicas encaminadas todas ellas a conseguir corregir la postura, evitar deformidades, favorecer la autonomía en las Actividades Básica de la Vida Diaria, que aún siendo muy necesarias todas ellas, dejan a un lado la toma de conciencia de nuestro propio cuerpo, de nuestros límites y limitaciones, de nuestras capacidades e influencia que ellas tienen en nosotros y los demás, de las sensaciones y percepciones que recibimos cuando nos movemos. Todo esto se hace posible gracias a la Psicomotricidad.
Nuestra compañera Isabel Bermejo, Especialista en el trabajo psicomotriz con personas con parálisis cerebral y otros problemas neurológicos, discapacidad intelectual y necesidades de apoyo generalizado, nos cuenta la historia de unos de sus pacientes, con los que lleva a cabo un trabajo precioso, basado en la escucha, disponiblilidad y cercanía que la Psicomotricidad brinda a las personas con diversidad funcional
“Paco es un chico de 38 años que nació con parálisis cerebral infantil de tipo atetoide. Su infancia no fue especialmente complicada pues ha gozado siempre de una buena salud. Paco es de etnia gitana, su familia no tiene demasiados recursos y por ello durante su infancia asistió a un colegio de educación especial y poco más. Tras su etapa en el colegio, pasó a un centro de día, que es en el que está actualmente. Paco es una persona alegre, con muchas ganas de conocer gente y se siente a gusto en compañía de ella. Pero tiene unas limitaciones muy grandes, por un lado la dificultad de hablar y ser entendido por las personas menos allegadas a él, tampoco puede utilizar un Sistema Aumentativo y Alternativo de Comunicación (SAAC) por la dificultad para acceder a él a nivel manual y por el dinero que cuestan las adaptaciones que necesitaría; a estas grandes limitaciones, se suma la dificultad que presenta para moverse de manera independiente en su silla de ruedas.
Todas estas limitaciones y dificultades se disipan cuando se le ofrece un espacio como el de Psicomotricidad. Durante sus primeras sesiones, manifestó la necesidad clara de salir de la silla de ruedas, así que desde el principio todo transcurre sobre unas colchonetas. Por otro lado, pidió tiempo para poder expresarse a nivel verbal, así que la Psicomotricista para poder entenderle bien se sitúa a su nivel y le da el tiempo que necesita. Y a partir de este momento comenzó el juego. Dejar que se mueva libremente, proponerle nuevos retos y sensaciones, como rodar sobre rodillos, balancearse sobre diferentes pelotas, enrollarse en una tela y ser desplazado, manteado… Poco a poco las actividades se fueron complicando y aparecieron los juegos de reglas o las competiciones, “¿quién llega antes rodando hasta la pared?” “¿quién coge este objeto antes?”, “Intento quitarte el objeto y luego tú a mi”…
Y de pronto apareció la música… ¿Podríamos hacer un baile?…¿porque no?. Pasamos un tiempo observando cómo eran nuestros movimientos, Paco podía imitarme y yo imitar a Paco, éramos capaces de seguir un ritmo y acoplarnos a los cambios de ritmo…Y sin darnos cuenta, nos habíamos convertido en auténticos bailarines. El espacio de Psicomotricidad se había convertido en una pequeña sala de baile donde nuestro movimiento era lo único en lo que poder fijarse.
Un buen día alguien nos preguntó si Paco sería capaz de bailar para más gente y como nada le acobarda, dijimos que sí. Y para muestra de donde se puede llegar, Paco ha participado en el I Certamen Coreográfico Escena Mobile, llevándose un reconocimiento por parte del jurado a través del 4º premio. También ha participado en el IV Certamen Julio Sacristán Benítez, donde consiguió el 1º premio del certamen en la modalidad de coreografía inclusiva
Hoy Paco siente que todo el mundo le entiende y le reconoce por su forma de moverse. Y esto le hace estar feliz. El poder disfrutar de lo que hace nos hace sentirnos muy orgullosos de él”
Gracias, Isabel, por compartir nosotros tus experiencias psicomotrices. Y a la Fundación Carlos Martín por compartir su estupenda labor con nosotros y abordar la Psicomotricidad con tanto respeto y cariño.
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