Cuerpo y adolescencia
Pedagogía psicomotriz y corporal
Emilio Ginés Morales Cañavate
Tras la publicación de diversos libros y artículos sobre la importancia de la conciencia y el lenguaje corporal para el desarrollo de la personalidad, nuestro director pedagógico Ginés Morales Cañavate presenta su nuevo libro sobre su experiencia psicopedagógica con adolescentes. Cuerpo y adolescencia, pedagogía psicomotriz y corporal.
Ginés Morales Cañavate, es Doctor en Ciencias de la Educación y Filosofía y magíster en Psicomotricidad por prestigiosas universidades de Medicina. Ha desarrollado su labor pedagógica en centros educativos de secundaria y bachillerato.
Actualmente es director pedagógico de la Escuela Internacional de Psicomotricidad de Madrid. Desempeña actividades formativas en los cursos de posgrado en psicomotricidad que esta institución realiza junto con la Universidad Pontificia de Comillas. También realiza en la EIPS intervención terapéutica psicomotriz individual y grupal.
Resumen de “Cuerpo y Adolescencia”
El propio autor nos habla de su libro:
Este texto surge de la experiencia psicopedagógica con adolescentes en la que es común encontrarse con padres y profesionales que, al ser desconocedores de la especificidad del período de la adolescencia, confunden las características propiamente evolutivas de esta edad con estados patológicos.
Como consecuencia, el objetivo de este texto es clarificar la diferencia entre actitudes propias de la adolescencia y conductas anómalas, integrando el lenguaje corporal, afectivo y cognitivo como un fenómeno global. Se encontrarán numerosos ejemplos extraídos de la convivencia escolar con los jóvenes y sus padres, así como el desarrollo práctico de técnicas de estudio y de intervención corporal tanto en grupo como de modo individual.
En la adolescencia la psicomotricidad sirve para representar esta fase de sentido indeterminado y complejo, se aborda la gestión de afectos y expresiones emocionales, habilidades sociales y de la empatía, se trata de abordar la unión entre cuerpo y psique a partir de distintos mediadores que se utilizan en la intervención psicomotriz como son la danza, el movimiento espontáneo, la relajación, respiración, la expresión corporal y dramática, el dibujo o la representación escrita.
El psicomotricista crea con el adolescente un espacio transicional que permite compartir experiencias sin penalización, espacio de reflexión lúdicos sobre los miedos y posibles modos de afrontarlos.
Objetivos del libro “Cuerpo y adolescencia”
El objetivo de este texto es dotar de una herramienta pedagógica a padres y profesionales poco conocida como es la intervención corporal y psicomotriz para el desarrollo de la personalidad en el adolescente. Su finalidad es integrar cuerpo y psique de manera que las emociones, los afectos y el pensamiento vayan al unísono, consolidando la imagen corporal del adolescente a partir de su interacción con los demás, en un espacio y tiempo vivenciado desde el movimiento y con materiales el paso al proyecto motriz y a la acción simbólica.
A menudo nos hemos encontrado con padres y profesionales que, desconocedores de la especificidad psicológica del adolescente, confunden lo propiamente evolutivo con estados patológicos. Clarificar la diferencia entre actitudes propias de la edad y actitudes anómalas a través de las manifestaciones corporales revela que la expresión corporal sirve como un lenguaje de acceso al adolescente, aún más útil que el verbal, con el que, a menudo, les resulta difícil expresar sus sentimientos y emociones. La intervención a través del cuerpo favorece la comprensión del comportamiento y previene alteraciones más graves.
Las estrategias corporales consolidan una imagen del cuerpo personal y propia alejada de los estereotipos sociales. Trabajar el cuerpo con el adolescente es reforzar su sensibilidad para reconocer sus sensaciones y cómo su esquema e imagen corporal se va adaptando, no solo a su voluntad individual, sino también al entorno familiar, social o cultural en el que se halla inmerso. Freud introdujo el concepto de “yo corporal” para dar cuenta de la importancia del cuerpo en la formación del yo que se logra a través de los límites corporales, puesto que percepciones externas e internas parten las del cuerpo y, especialmente de la piel. Para Freud el yo corporal es una proyección mental de la superficie del cuerpo. Winnicott habló de un proceso de “aposentamiento de la psique en el cuerpo” un proceso siempre por completar al que llamó “personalización”.
La identificación con el propio cuerpo no se puede dar siempre por sentada ya que es, en muchos casos, frágil, e incluso en momentos como la pubertad puede verse amenazada. La integración entre la psique y el soma es algo frágil, en un principio existe una extrañeza del propio cuerpo y el niño lo va descubriendo y haciendo suyo a partir de esa vivencia inicial de extrañeza que en el adolescente comienza a repetirse al igual que en la infancia. La psique llega gradualmente a integrar el cuerpo hasta el punto de que los límites del cuerpo son reconocidos también como los límites de la propia identidad. Para Winnicott la identificación del sujeto con su cuerpo depende de los cuidados corporales por parte de la madre así como de las experiencias pulsionales sostenidas adecuadamente por ella.
La imagen del cuerpo no es algo fijo, sino que ha de ser construido progresivamente. Los problemas relacionados con el proceso de crecimiento hacen del adolescente una persona en lucha permanente con su esquema corporal y la adecuación de este a una identidad psicosexual nueva. Esta identidad se conformará integrando las características personales que incluyen las propiedades físicas, como el peso y la altura, así como el modo de pensar y relacionarse con los demás. La conciencia del cuerpo y el desarrollo de su autonomía será una de las claves para fomentar la independencia en la acción y la toma de decisiones en cada actuación. El adolescente debe hacer un duelo por la pérdida del cuerpo infantil, cuerpo que representaba su unión con la madre y tiene que enfrentarse a la realidad de un cuerpo diferente. Este complejo proceso tiene un papel central en el adolescente. Al final del periodo propio de la adolescencia se ha de llegar a una solución de compromiso entre lo que el sujeto desea y lo que se permite, solución que define la identidad de la persona. Pero hay adolescentes que presentan este proceso interrumpido con un rechazo inconsciente al cuerpo sexual y una manifestación pasiva frente a las demandas que provienen del propio cuerpo llegando a ignorar los propios genitales e incluso a negarlos, en los casos más severos el adolescente puede sentir odio y vergüenza hacia su cuerpo. Es decir, la apropiación del cuerpo y la consolidación de un esquema corporal se convierte en problemática en ciertos adolescentes y es importante que el joven pueda experimentar su cuerpo como algo que le pertenece, sin sentirlo como un perseguidor, depositario de fantasías deseos y temores que lo hacen verse como diferente.
Además, frente a las tareas escolares, el trabajo psicomotriz tiene como eje central el juego el cual atenúa el aburrimiento y la uniformidad de las acciones para darle una dimensión expresiva y variada que estimula al adolescente a conocer mejor las características de su personalidad.
Primera parte
El texto se compone de dos partes diferenciadas: la primera consiste en un desarrollo teórico y pedagógico de las características, tanto normotípicas como patológicas del adolescente, así como de las manifestaciones corporales que pueden acompañarlas. La presentación teórica irá ilustrada con numerosos recuadros en los que se resaltan aspectos de intervención corporal específicos en cada caso, así como casos extraídos de la realidad que ejemplifican las exposiciones.
Primero enfocaré las características generales que se dan en la adolescencia, hablaremos sobre su intensidad y los efectos que estas tienen tanto en el adolescente en particular como en su entorno escolar y familiar. A continuación, iremos progresivamente describiendo algunos de los trastornos más comunes que se producen en la adolescencia y su reflejo en las manifestaciones corporales, así como las consecuencias que estas tienen en el comportamiento, por ejemplo, de carácter o adictivo.
Mencionaremos las familias y los centros educativos como medios privilegiados para compensar la inestabilidad, suspicacia o confusión que trae la convivencia con el adolescente. En esta etapa los adultos que trabajan con el adolescente caminan en la frontera de un territorio que exige, por una parte, firmeza, y por otra, acercamiento y diálogo para establecer pactos y acuerdos.
Segunda parte
La segunda parte del texto será eminentemente práctica, en ella se establecerá cómo trabajar en grupo con adolescentes y se desarrollarán ejemplos tipo de programación y de parámetros psicomotores de relación, espacio, tiempo y trabajo con los objetos, así como algunos mediadores corporales que son instrumentos útiles para el trabajo psicomotriz.
Continuaremos con la práctica pedagógica y psicomotriz individual realizada con un adolescente en donde se podrán apreciar las diferencias entre el trabajo de grupo y el personal. En esta última se expondrá igualmente un modelo de programación, una lectura de los parámetros psicomotores más importantes, así como distintas técnicas y recursos en función del transcurso de las sesiones. Junto a ellos se incluyen algunas indicaciones pedagógicas sobre técnicas de estudio que complementen el trabajo emocional que se hace con el adolescente y que sirvan para rentabilizar su esfuerzo grados de autoestima. y obtener mayores grados de autoestima
Puntos de venta “Cuerpo y adolescencia”
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